Municipios cordilleranos piden mayor seguridad tras atentado: “No vamos a bajar los brazos”
El presidente de la Asociación de Municipios Cordilleranos del de Biobío y alcalde de Quilaco, Pablo Urrutia, manifestó un categórico rechazo al atentado que afectó a la central hidroeléctrica Rucalhue, registrado durante la madrugada del domingo recién pasado.
El hecho generó preocupación en las comunidades aledañas, particularmente en las comunas de Quilaco y Santa Bárbara, cuya economía se vincula estrechamente con el desarrollo del turismo y el empleo local.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Municipios Cordilleranos de Biobío enfatizó que “condenamos todo acto de violencia que afecte a la comunidad, a nuestros emprendedores y vecinos”.
Asimismo, como asociación, emplazaron a las autoridades a frenar la escala de violencia que amenaza tanto el desarrollo como la tranquilidad del territorio.
En este contexto, Urrutia relató que ya venía advirtiendo a la empresa a cargo de la central respecto a la necesidad de reforzar la seguridad en sus instalaciones. “No pueden tener cuatro guardias cuidando una tremenda central, es insuficiente”, aseguró el alcalde Urrutia.
En este contexto, recordó –además- un incidente previo ocurrido en Quilaco, donde 15 máquinas fueron quemadas, hecho que ya expuso en su momento como señal de alerta, aludiendo que la responsabilidad de la empresa no sólo es proteger su inversión, sino que también contribuir a la seguridad del territorio.
IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL
Para Urrutia, uno de los principales efectos del atentado registrado en la zona es el daño colateral que podría recaer sobre la economía local.
La ocurrencia de este tipo de incidentes, sostuvo Urrutia, “afecta directamente a nuestros vecinos, a sus fuentes laborales, y deteriora la imagen del territorio", impactando negativamente al turismo, rubro en el que Quilaco ha logrado un importante posicionamiento, siendo una de las pocas comunas con certificación turística en la región.
"Ver en la prensa titulares sobre vandalismo y violencia en Santa Bárbara y Quilaco daña nuestra imagen. Hemos trabajado duro para crecer y esto nos frena", el presidente de Amcordi.
MEDIDAS PROPUESTAS POR LA ASOCIACIÓN
Ante la situación, expresó Urrutia, la Asociación de Municipios Cordilleranos de Biobío ha comenzado a diseñar un plan de acción, que incluye la instalación de cámaras de seguridad interconectadas entre las comunas que la conforman.
En este contexto, detalló que Quilaco ya cuenta con un sistema de vigilancia que ha contribuido a reducir significativamente los delitos y lo que buscan es replicar este modelo en Santa Bárbara, Alto Biobío y otras comunas del cordón cordillerano.
"Las cámaras nos avisan de todo: desde un auto robado hasta quien va a abandonar un perro. Esa información va directo a Carabineros", explicó el edil.
Esta red de monitoreo, además, busca crear un espejo de vigilancia con las policías para mejorar la capacidad de respuesta.
Asimismo, la asociación también se encuentra redactando un escrito dirigido al Gobierno Regional y a la empresa responsable del proyecto, solicitando apoyo en seguridad y financiamiento para implementar las medidas necesarias.
Asimismo, realizó un llamado a la ciudadanía a no perder la esperanza ni retroceder en cuanto a los avances obtenidos. “No vamos a bajar los brazos. Quilaco, Santa Bárbara y Alto Biobío seguirán trabajando por un territorio seguro, próspero y respetado”, enfatizó.
De igual forma, reiteró la urgencia de que tanto el Gobierno como la empresa garanticen condiciones seguras para el desarrollo energético sin vulnerar la paz local.
Fuente: La Tribuna