Chile: Segundo país con mayor impacto del terrorismo en Latinoamérica según el Índice Global 2023
A pesar de un leve ascenso en el ranking general, Chile se mantiene como uno de los países más afectados por el terrorismo en América Latina, según el Índice Global de Terrorismo 2023, elaborado por el Institute for Economics and Peace. Con una puntuación de 6.159, el país ocupa el puesto 17 a nivel mundial, y es superado solo por Colombia (puesto 16) en la región.
Este dato, lejos de ser una buena noticia, refleja la persistente gravedad de los conflictos internos en el país, en particular los episodios de violencia registrados en la macrozona sur. Aunque el informe no detalla los incidentes por país, los expertos coinciden en que el conflicto entre el Estado y grupos radicalizados en el contexto del conflicto mapuche es el principal factor detrás de esta preocupante calificación.
Mientras que otros países latinoamericanos como México, Perú o Venezuela muestran cifras más moderadas, Chile destaca negativamente por mantener una categoría de “alto impacto terrorista”, según los parámetros del índice, que considera cantidad de ataques, víctimas, daños materiales y amenazas persistentes.
Organismos internacionales han calificado varios de estos hechos como actos terroristas, lo que profundiza la preocupación sobre la incapacidad del Estado para controlar la violencia en zonas rurales, donde se han producido atentados a maquinaria, infraestructura y personas. Esta situación, que por años fue considerada un conflicto social o territorial, ha escalado hasta niveles de alarma internacional.
Aunque se han implementado medidas como el incremento de presencia policial, reformas legales y mesas de diálogo, la mejora en el ranking (dos puestos respecto al año anterior) no representa un cambio sustancial en la situación estructural del conflicto. De hecho, Chile ha pasado a ocupar un lugar que nunca antes había alcanzado en este tipo de rankings.
Expertos en seguridad advierten que el país corre el riesgo de normalizar una situación de violencia crónica en ciertas regiones, lo que podría tener implicancias graves en la gobernabilidad, la inversión y la cohesión social.
“No se trata de celebrar una leve mejora, sino de asumir con urgencia que Chile tiene un serio problema de seguridad interna que ya es observado con preocupación desde el extranjero”, señala un académico especializado en terrorismo.
Con miras a 2024, el desafío para el país será doble: reducir efectivamente el impacto del terrorismo y, al mismo tiempo, evitar caer en respuestas represivas que profundicen el conflicto.