El desarrollo local y una nueva mirada del sector forestal

El desarrollo local y una nueva mirada del sector forestal

Hace un tiempo conversando con una autoridad de la provincia de Arauco, me comentaba que para generar un plan de inversiones y de desarrollo de esa provincia, se hizo una encuesta entre sus habitantes y se les preguntó según su criterio, ¿cuáles eran los sectores económicos que debieran ser la base del crecimiento y en los que habría que enfocarse para generar desarrollo en el territorio y bienestar y mejores condiciones de vida para ellos? Tres sectores concentraron sus preferencias: el turístico, el pesquero y el agrícola – ganadero. 

La provincia de Arauco tiene un 55 % de su superficie con bosques plantados y resulta sorprendente que los habitantes de esa provincia no vean como un aporte a su desarrollo, estos bosques, que los rodean y con los que conviven, a lo menos, hace 50 años atrás.

El análisis de estos resultados nos lleva directo al corazón del problema que tiene hoy día el sector forestal: hay una desafección de éste con la comunidad local, ya que los forestales, por mucho tiempo, no fuimos capaces o no quisimos trabajar con ella. Y lo cierto que esa condición aplica a todas las regiones en donde hay bosques plantados, las comunidades rurales no ven reflejado el actual crecimiento y éxito del sector forestal, en un avance o una mejora de sus condiciones de vida. O sea, hay una falta de identidad y de pertenencia para un recurso que está al lado de ellos, pero no lo ven, ya que no les proporciona ningún beneficio.

A partir del 1998 y con la llegada de sellos internacionales que promueven el manejo responsable de los bosques naturales y plantados con una mirada mixta de aspectos sociales, ambientales y económicos, se ha comenzado a transitar hacia una relación más armónica y más cercana y participativa e inclusiva con los actores de los territorios. Hoy día no es concebible que se realice una faena forestal o se transite por los caminos rurales, sin que una comunidad cercana a esa actividad forestal, no esté informada del tiempo que permanecerá en el lugar y de cualquier cambio que en esta faena ocurra.

El desarrollo local del territorio, es decir, con el territorio y desde él y, el manejo de los bosques naturales y plantados, son los aspectos claves en el que se debe fundar y afianzar el cambio para que el sector forestal avance hacia un nuevo modelo forestal. Este ecosistema forestal debe incluir a todos los que participan: trabajadores, contratistas forestales, propietarios de bosques comunidades indígenas y rurales, empresas principales, universidades y municipios. Y por supuesto, el estado a través de sus instituciones, debe estar disponible para generar un marco forestal legal que incorpore los elementos necesarios para promover y acrecentar los recursos forestales del país. 

Este esfuerzo debe ser conjunto, ya que el país tiene metas importantes que cumplir, como son restaurar, reforestar y forestar cerca de 2,5 millones de hectáreas y alcanzar   la carbono neutralidad para el año 2050.

De manera adicional e indirecta, esperamos que esta nueva mirada, pueda contribuir    a erradicar los problemas de violencia rural, el robo de madera y los incendios forestales intencionales, que hace ya 26 años sufre nuestro sector.

Es tiempo de ponerse “los bototos“ y comencemos a trabajar. 
Los contratistas forestales estamos disponibles.

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