La silvicultura pionera en sostenibilidad
Por Dr. Fernando Muñoz, ingeniero forestal.
En 1713, hace más de 300 años, el alemán Hans Carl von Carlowitz publicaba su libro Economía de la silvicultura: instrucciones para el cultivo de árboles silvestres. En el texto explicaba que la producción de madera se podía realizar de manera continua, estable y sostenible. Con esto nace el Principio de Sostenibilidad que hoy es utilizado por muchos sectores productivos, aunque la silvicultura fue pionera.
Hans Carl von Carlowitz fue hijo de un técnico forestal, que nació en la ciudad sajona de Chemnitz (Alemania). En 1677, a la edad de 32 años, fue nombrado administrador de minas, y en 1711 asumió la dirección de la industria minera en la Corte del Elector de Sajonia. Esas minas estaban en auge, sus hornos de fundición devoraban grandes cantidades de carbón vegetal, leña y madera, y von Carlowitz era el encargado de asegurar su abastecimiento.
No era una tarea fácil, los bosques cercanos habían sido devastados por la demanda industrial y no se hacían esfuerzos por regenerarlos, la falta de madera era una tarea que había que abordar de manera urgente. Después de mucho esfuerzo logró llevar a cabo su idea de ordenación forestal: bosques manejados de manera sostenible, aportando madera de manera continua.
Esta historia permite también señalar que el Principio de Sostenibilidad tiene su origen en el uso responsable de recursos naturales. Hoy este principio se ha extendido a prácticamente a todas las actividades humanas, muchas veces utilizándolo de manera incorrecta o abusiva.
Hace más de 100 años, en Lota, Región del Biobío, se repetía el problema enfrentado por von Carlowitz. Las minas subterráneas de carbón del golfo de Arauco necesitaban madera para la elaboración del encofrado de sus túneles. La madera que se utilizaba provenía de la corta del bosque nativo ubicado cerca de las localidades de Coronel, Lota, Ramadillas, Carampange y otros sectores de la cordillera de Nahuelbuta. A inicios del 1900, para desgracia de la minera, la madera comenzó a escasear, los bosques nativos cercanos habían sido talados y no existía un programa de regeneración de bosques. Al igual como en Alemania, la falta de madera era un problema urgente que había que abordar, de lo contrario la minería estaba en peligro.
Preocupados por esta situación, los propietarios de las minas de Lota contrataron, en 1906, al ingeniero forestal alemán Konrad Peters Caspers con la tarea urgente de iniciar un plan de abastecimiento de madera. Tomando las experiencias de otro alemán, Federico Albert, que dio luces acerca de las especies que mejor se adaptaban al clima y suelo de la región, inició en 1907 extensas plantaciones forestales en Coronel, Lota y Arauco, con las especies Pinus radiata, Eucalyptus globulus, Acacia melanoxylon (aromo australiano), entre otras, alcanzando en los años 20 un total de 34.000 hectáreas, constituyéndose la Compañía Carbonífera e Industrial Lota la mayor forestadora de plantaciones de Sudamérica. Con esto el fantasma del desabastecimiento de madera para el uso en las minas de carbón fue desapareciendo a medida que crecían las plantaciones.
Hasta hoy día, los terrenos inicialmente plantados por Konrad Peters continúan bajo producción silvícola, han sido cosechados y nuevamente reforestados en al menos 4 oportunidades. Han sido 4 generaciones de plantaciones entregando productos de manera sostenible y continua en el tiempo. Como hace más de 300 años en Alemania y desde hace más de 100 años en Chile (Lota), la sostenibilidad ha sido el pilar del desarrollo silvícola.