Volumen de leña seca sigue sin cambios pese a alta polución

Volumen de leña seca sigue sin cambios pese a alta polución

Pese a las iniciativas para aumentar la oferta del biocombustible, esta se mantiene sin mayores cambios, representando un 20% del total comercializado en Osorno. Esto se atribuye a la falta de fiscalización hacia quienes venden el producto húmedo, lo que genera competencia desleal.

Entre las principales críticas al actual Plan de Descontaminación de Osorno está el estancamiento en la producción de leña seca, a pesar de que este es uno de los cuatro ejes para reducir los niveles de polución del aire.

A casi nueve años de la implementación de esta medida, la calidad del aire sigue siendo deficiente, y no se han tomado acciones contundentes para aumentar la oferta de este biocombustible, que para el 2025 se mantendría en el 20% actual.

Aunque existen varias iniciativas para revertir esta situación, desde el gremio de productores señalan que mientras no se incrementen las fiscalizaciones para frenar la venta de leña húmeda, será difícil aumentar la demanda por un producto de calidad óptima. Esto desincentiva su producción y limita el crecimiento del volumen de los metros cúbicos disponibles en la comuna.

OFERTA E INICIATIVAS

Sobre el panorama y las proyecciones para la leña seca en 2025, la seremi de Energía, Liliana Alarcón, explicó que actualmente se cuenta con la acreditación de 117.295 metros cúbicos de leña seca, distribuidos en más de 9 mil hogares de Osorno, lo que representa el 20% del total de biocombustible en la ciudad. “Nosotros hacemos una estimación respecto a lo relacionado con el Sello de Calidad de Leña, que es nuestro instrumento con la Agencia de Sostenibilidad Energética”, indicó. La cifra aumentaría con 20 nuevos productores, que se sumarían al sello de calidad, pero esto depende de que quienes venden leña seca se adhieran a la iniciativa.

Actualmente, 33 comerciantes cuentan con este sello de calidad en la provincia, equivalente al 44% del total regional, que asciende a 75. El programa está abierto a nuevos leñeros, y la Seremi de (CIB), que financió este año un proyecto en Osorno y se espera implementar dos nuevas iniciativas para el próximo año, orientadas a empresas medianas y grandes del rubro de biomasa, incorporando líneas de desarrollo de nuevos energéticos”, agregó.

FALTA DE FISCALIZACIÓN

Por su parte, Cristina Martínez, presidenta de la agrupación de leñeros Agrebios AG, con sello de calidad y con 27 años de experiencia en el rubro de la leña seca, señaló que el año pasado los asociados quedaron con alrededor del 80% sin vender debido a la falta de fiscalización hacia el comercio informal.

“Este año yo tenía más o menos 1.300 metros cúbicos guardados bajo techo y eso le pasa a la mayoría de las personas que venden leña certificada, este año nos va a volver a quedar. Si bien es cierto hoy día no está la cantidad de leña seca que se requiere, tampoco nadie le ha puesto el cascabel al gato y para los comerciantes es mucho más fácil vender leña húmeda”, indicó.

La dirigente explicó que los comerciantes de leña seca han quedado con su capital paralizado hasta por tres años debido al comercio informal, lo que ha impedido avanzar en la producción de este biocombustible.

Aunque el Ministerio de Energía apoya con la elaboración de una ley de biocombustibles, no existe la capacidad de fiscalización de organismos como Conaf y el Servicio de Impuestos Internos (SII). “Una cosa es la ley de biocombustibles, que tenemos que esperar que exista el reglamento y que se cumplan los plazos para que entre en vigencia como corresponde, pero mientras tanto existen entidades fiscalizadoras como el Servicio de Impuestos internos y Conaf, quienes perfectamente podrían hacer ese trabajo y cuando lo hacen, van donde el establecido, porque es lo más fácil, pero ¿qué pasa con los que andan en la calle?”, dijo.

Cristina Martínez también criticó a los municipios, que no se ocupan del problema de la leña seca o el uso de leña húmeda, a pesar de los altos costos que genera en atención primaria de salud por enfermedades respiratorias. “En Osorno hay disponibilidad de leña seca, pero tampoco hemos podido crecer como quisiéramos porque no estamos vendiendo de forma normal, estamos quedando con mercadería todos los años, entonces no podemos reinvertir”, manifestó.

Además, cuestionó que se haya excluido la leña de los programas de recambio de calefactores, favoreciendo alternativas como el pellet o la electricidad, sin considerar los altos costos de estas tecnologías ni consultar a la ciudadanía. “Nosotros hacemos un tremendo esfuerzo para entregar un producto de calidad, pero nadie nos asegura que vamos a poder seguir vendiendo, porque ya ni siquiera los organismos del Estado la están usando, sin pensar que la leña seca es un producto carbono neutral y es un producto local, que da trabajo. No podemos permitir que desde fuera vengan con directrices sin conocer nuestra realidad”, expresó.

REGULAR EL MERCADO

Ricardo Becerra, presidente de la Red Ambiental Ciudadana de Osorno, ha sostenido que el plan de descontaminación de la ciudad no ha cumplido con el pilar fundamental de asegurar un volumen suficiente de leña seca. “No sacamos nada con tener los mejores sistemas de calefacción instalados si después la gente no iba a encontrar leña seca. Se habla que el próximo año se alcanzaría un volumen de 20%, pero esa es una cantidad reducida para toda la demanda, que es de más de 460 mil metros cúbicos al año de leña. Sabemos que se ha intentado fomentar el recambio por otras alternativas de energía calórica, pero la leña seguirá siendo el combustible más utilizado porque en el sur de Chile hay una cultura de la leña”, afirmó.

Becerra añadió que Osorno sigue entre las ciudades más contaminadas del país, pese a los ocho años de ejecución del plan, por lo que es urgente tomar medidas para fomentar la producción de leña seca y así regular sus precios, haciéndola más accesible. El ambientalista agregó que, aunque se han hecho esfuerzos para que los productores tengan sus propios sistemas de secado, muchos han quedado en desuso por el alto costo del proceso.

“Cuando se inició el plan de descontaminación, se habló de que se iba a hacer un trabajo bien específico con aquellos productores que querían trabajar con plantas de secado, pero aquí lamentablemente ha habido promesas incumplidas por parte del Estado. Uno de los motivos del fracaso del plan, es que el Estado no ha invertido lo que realmente correspondía para iniciar un proceso de menos a más, para que pudiéramos llegar a los 10 años con alguna evidencia de un mejoramiento del aire”, concluyó.

Fuente: edición suscripción de El Austral de Osorno



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