La contribución del bosque nativo a la economía nacional: un enfoque KISS para un gigante dormido
Roberto Ipinza, ingeniero forestal de la Universidad de Chile y Dr. Ingeniero de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid (España), plantea el potencial económico desaprovechado del bosque nativo chileno. “Mientras las plantaciones de pino y eucalipto generan miles de millones en exportaciones, los productos del bosque nativo apenas alcanzan una pequeña fracción de ese valor. Este desequilibrio, refleja la falta de integración del bosque nativo en la economía formal y su percepción como un recurso de bajo valor, limitado a usos como la leña”, expuso.
Para revertir esta situación, Ipinza propone un enfoque estructurado basado en la simplicidad y eficiencia, conocido como KISS ("Keep It Simple, Stupid"). Enfatiza que el Estado debe jugar un papel más activo, fomentando la integración del bosque nativo a la economía formal y promoviendo subsanar la crisis de vivienda y equipamiento social en madera, donde las especies nativas, como el raulí, roble y coihue, sean vistas como recursos de alto valor.
El profesional destacó que el desarrollo del bosque nativo necesita un mercado que demande productos diferenciados en madera sustentable, acompañado de incentivos claros tantos para el propietario del bosque como para inmobiliarias sociales, constructoras e industrias.
Asociatividad y economías de escala La fragmentación de la propiedad es un obstáculo histórico. El especialista propone fomentar la cooperación entre pequeños y medianos propietarios, creando economías de escala que faciliten el acceso a mercados diferenciados, tecnologías e inversionistas verdes.
Según planteó, es fundamental simplificar la burocracia y eliminar las trabas legales que desincentivan la inversión. Inspirado en el principio KISS, propone simplificar los procedimientos y adaptar la legislación forestal para fomentar la eco inversión y el desarrollo sustentable.
Un bosque saludable es la base de cualquier negocio forestal. Para ello, señaló, se deben fortalecer la educación ambiental y el manejo forestal sustentable, asegurando la regeneración, enriquecimientos y la protección del bosque ante el flagelo de los incendios forestales “Es crucial fomentar una cultura que valore la madera nativa chilena como material premium, capaz de enfrentar desafíos como el déficit habitacional y el cambio climático”, remarcó.
Las cualidades únicas de la madera nativa ofrecen oportunidades para crear productos innovadores. Ipinza sugiere tomar como referencia modelos como IKEA, basados en diseño funcional y producción eficiente, para desarrollar una industria maderera competitiva.
Enfatizó sobre la necesidad de promocionar la madera nativa chilena en mercados nacionales e internacionales, aprovechando la experiencia de Pro-Chile y las grandes empresas forestales.
Para Ipinza, despertar el potencial del bosque nativo requiere una colaboración público-privada que involucre al Estado, los propietarios locales y las comunidades. "Chile tiene en su bosque nativo un gigante dormido, capaz de generar empleo, riqueza y desarrollo sostenible. Es hora que KISS lo despierte", concluyó.
