Contratistas forestales cierran 2024 con la menor cantidad de ataques incendiarios en siete años
Hay que remontarse a 2017, temporada en que se denunciaron 14 atentados incendiarios contra actividades forestales en la macrozona sur, para encontrar un año con menos de 40 episodios de ataques contra faenas; incluido un peak de 104 casos entre enero y diciembre de 2022. A horas de concluir la actual temporada, el año cerraría con 26 ataques. Además, todos los indicadores que midieron los contratistas forestales muestran un resultado menos drástico, efecto que el gremio atribuye a la vigencia del estado de excepción, desde mayo de 2022.
Así, al comparar 2023 y 2024, las comunas afectadas bajaron de 26 a 15; los camiones quemados descendieron de 60 a 29; las camionetas destruidas o robadas, de 15 a 10; las grúas forestales inutilizadas, de 15 a cinco; las excavadoras convertidas en chatarra, de 10 a dos, y la,s pérdidas económicas pasaron de $16.400 millones a $13.300 millones.
Zonas de riesgo donde no hay producción
Eso sí, según la Asociación de Contratistas Forestales, hay 115 mil hectáreas de bosques en condición de ser explotadas donde no se realizan labores de producción debido al riesgo que implica ingresar a zonas en que grupos delictuales siguen operando y tienen control territorial y ejercen extorsiones. A modo de ejemplo, el gremio señala que las empresas han dejado de trabajar en Tirúa, Cañete y Contulmo, en el cono sur de Arauco, y también han disminuido su presencia en sectores de Malleco, Cautín y Osorno. Por eso, piden a las autoridades reforzar los patrullajes, así como la persecución penal, en torno a las comunas de Carahue (5 ataques), Collipulli (4), Nueva Imperial (3), Lautaro (2) y Río Negro (2), que concentran más del 50% de los atentados de este año.
“Esta situación afecta desde muchos ámbitos. Solo desde el punto de vista de la contratación de mano de obra, son más de 1.500 puestos directos que se pierden”, detalla el gerente de los contratistas forestales, René Muñoz. Añade que “hay que considerar que las zonas rurales son áreas deprimidas laboralmente y donde la principal fuente de empleos es la actividad forestal”. Advierte que “tener 115 mil hectáreas sin producción va en el sentido contrario a lo que Chile necesita”, ya que “este sector requiere expandirse, porque, de lo contrario, los capitales se van a seguir yendo a otros países”.
Fuente: El Mercurio
