Pese a disminución de violencia en el sur, gremios advierten que la inversión privada no aumenta
- Sectores productivos de la macrozona explican que las empresas buscan tanto seguridad como certeza jurídica y menos burocracia al momento de definir dónde destinando sus proyectos y recursos
La Araucanía y Biobío, en las últimas tres décadas se ha debatido sobre la necesidad de aumentar los recursos públicos y privados, y generar medidas de fomento productivo, Sin embargo, siempre se menciona como freno a nuevas inversiones la falta de seguridad y el control de la violencia.
Patricio Santibáñez, titular de la Multigremíal de La Araucanía, organización que reúne a ocho sectores productivos, advierte que “el proceso para que las empresas inviertan es lento, no se da de la noche a la mañana”. Añade: “Respecto de la violencia en la macrozona sur, uno advierte que todavía se requiere más seguridad y certeza jurídica de que esto va a seguir disminuyendo y no va a volver a recrudecer”.
“Se necesitan más que dos años”
El dirigente argumenta que “por un lado están los atentados, pero también está la situación de la gran cantidad de incendios forestales intencionales que se necesita aclarar”, y agrega que “la seguridad para que la gente no tenga miedo de invertir se logra en un plazo mayor que dos años, es un proceso más largo, porque las empresas no están dispuestas a perder sus recursos, a que se destruyan sus bienes e instalaciones, y eso requiere un nivel de seguridad alto”.
Santibáñez recalca que la mejor demostración de esto será cuando se pueda comprobar que se logró desarticular a todas las organizaciones terroristas que ejercen la violencia y exhibir por un tiempo sostenido que dejaron de actuar”.
Acota, además, que “también afecta el excesivo tiempo de tramitación para lograr autorizaciones y permisos para desarrollar proyectos debido a la burocracia”.
“Falta que la gente tome confianza”
En la misma dirección, el presidente de la Asociación de Agricultores de Malleco, Sebastián Naveillán, coincide en que “el principal motor para lograr inversiones en cualquier zona es la seguridad, y todavía falta que la gente tome confianza en la macrozona sur y vea que, efectivamente, hay un mayor control frente a los delitos”.
Enfatiza que “tenemos estado de excepción hace dos años y desde entonces están disminuyendo los hechos de violencia, pero todavía tenemos y, por lo mismo, aún existe desconfianza para invertir. Asimismo, concuerda en que, “junto a la seguridad y confianza también necesitamos reglas del juego claras”. Con todo. destaca que el sector agrícola “ha estado siempre invirtiendo en el sur, más allá de que haya violencia y existan zonas rojas.
“Inversiones forestales se están yendo a otros países”
El gerente de la Asociación de Contratistas Forestales, René Muñoz, considera que en su área los inversionistas no ven señales de largo plazo que les den tranquilidad y confianza, y detalla que están invirtiendo en otros países de la región. En Chile hay menos violencia, pero esta se encuentra enmascarada por otras situaciones que no permiten que afloren las certezas que necesitan las empresas para invertir”, expone.
Destaca “que hoy los directorios de empresas descartan invertir en zonas de conflicto y en la macrozona este problema se extiende por casi 27 años y no ha sido controlado”. Asegura que “cuando los grupos terroristas tienen capturado Arauco y algunas zonas de Malleco y Cautín, es una señal de falta de Estado de Derecho, por lo que prefieren llevar sus inversiones a Uruguay, Argentina o Brasil”.
“Otro tope es el asistencialismo”
El presidente de la Corporación de Profesionales Mapuche Enama, Hugo Alcamán, considera que el lento arribo de capitales privados a La Araucanía tiene "otro tope en el asistencialismo”.
En su análisis, “en los casi 35 años que he transcurrido desde el retorno a la democracia, y como una forma de lograr la paz, esta zona se fue transformando en una región excesivamente asistencialista, donde se depende y se confía excesivamente de los apoyos estatales”.
A su juicio. “hay escasas Iniciativas privadas que se atreven a invertir sin un apoyo del Estado, y esa mentalidad puede demorar varias décadas en ser superada y reemplazada por un espíritu emprendedor”.
Fuente: edición suscripción de El Mercurio