Escalada de violencia en La Araucanía: 13 atentados marcan el 2024 y daños superan los $6 mil millones
- La Región de La Araucanía enfrenta un aumento sostenido de atentados en la última década, con un peak de 62 en 2022 y una leve disminución este año de acuerdo a las estadísticas de la Acoforag.
La Araucanía, una de las regiones más conflictivas de Chile, ha registrado un total de 13 atentados en lo que va de 2024, manteniendo la tendencia de violencia que ha caracterizado la zona durante la última década, de acuerdo a las estadísticas de la Asociación de Contratistas Forestales (Acoforag).
Desde 2014, la cantidad de atentados ha ido en aumento, alcanzando un peak de 62 en 2022, según datos del gremio. Este año, aunque la cifra muestra una disminución, la preocupación por la seguridad y la estabilidad en la región sigue siendo alta.
El conflicto en La Araucanía ha escalado de manera significativa desde 2014, cuando se registró un único atentado. En los años siguientes, la cifra fue creciendo, con 9 atentados en 2015 y un salto a 17 en 2016. La situación se mantuvo con altibajos hasta 2020, cuando se experimentó un aumento dramático a 40 atentados, seguido de 49 en 2021 y el ya mencionado pico en 2022.
La distribución y frecuencia señala que la cifra total es de 237 atentados desde 2014 hasta la fecha refleja la gravedad de la situación.
Aunque la proyección inicial para 2024 era de 26 atentados, basada en la tendencia de años anteriores, la cifra actual sugiere que podría haber una disminución en la violencia. Sin embargo, es demasiado pronto para determinar si esta tendencia a la baja continuará a lo largo del año.
Aparte, desde 2014 hasta la fecha, se han registrado 817 atentados, con un peak de 192 en 2022. Este crecimiento no solo representa un desafío para la seguridad en la región, sino que también tiene un impacto económico considerable. Las pérdidas valorizadas ascienden a 6.922 millones de pesos.
Este año, 17 contratistas han sido directamente afectados, y se estima que alrededor de 1.700 trabajadores han sufrido las consecuencias de estos actos de violencia, ya sea a través de la pérdida de empleo, daños a la maquinaria o la imposibilidad de desarrollar sus labores con normalidad.
Por ende, la Araucanía sigue siendo una zona de alta tensión en Chile, con un historial de violencia que ha afectado profundamente a sus habitantes. Mientras las autoridades trabajan para encontrar una solución, la esperanza de una paz duradera sigue siendo el anhelo de quienes viven en medio del conflicto.