Incendios forestales desatan una emergencia ambiental en Sudamérica
- Los incendios afectan más de 4 millones de hectáreas en Brasil, Bolivia, Perú y Paraguay. En el estado brasileño de Rondonia la sequía es la más grave de los últimos 75 años. El fuego comenzó en mayo, pero en las últimas semanas se descontrolaron, según advierten autoridades.
En Brasil, la sequía prolongada itensificó la actividad de los incendios, especialmente en el Pantanal y el Amazonas, donde se han consumido más de 10.000 hectáreas en menos de tres días. En Bolivia, se han declarado emergencias en varias regiones, con aproximadamente 1.250.000 hectáreas en llamas, mientras que en Perú, más de 4.000 incendios han dejado un saldo de un muerto y varios heridos.
Los gobiernos comenzaron a tomar medidas urgentes. Brasil envió una misión humanitaria compuesta por 37 bomberos militares y 25 efectivos del Cuerpo de Bomberos para combatir los incendios en la frontera con Bolivia. Asimismo, Bolivia actualizó sus sanciones para quienes provoquen incendios, implementando multas significativas.
Sin embargo, organizaciones ambientalistas han criticado la respuesta gubernamental, argumentando que las medidas son insuficientes y piden un enfoque más integral que aborde las causas subyacentes de los incendios, como la deforestación y la agricultura insostenible. La situación continúa siendo crítica, y las previsiones no apuntan a una disminución inmediata en la actividad de incendios.
La situación es dramática
“Usamos ramas y hasta pateamos el fuego”, contó a La Razón Radio Ciriaco Rodríguez, el alcalde de la localidad de Riberalta, en el departamento boliviano del Beni, fronterizo con Brasil. Las autoridades carecen de equipos básicos para combatir las llamas. En ese panorama dramático, el presidente Luis Arce ordenó la contratación de aviones cisterna para que se sumen a la lucha contra los incendios en Bolivia.
Se estima que el fuego destruyó 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales este año, aunque fundaciones privadas elevan la cifra a más de 4 millones. El gobierno declaró una “emergencia nacional”.
Unos 3000 bomberos combaten las llamas en el Amazonas boliviano. Otros 60 llegaron desde el vecino Brasil. En los próximos días arribarán contingentes desde Chile, Venezuela y Francia. “Seguiremos trabajando para mitigar el impacto de los incendios, proteger nuestros ecosistemas y garantizar la seguridad de las comunidades afectadas”, dijo Arce.
Los incendios afectan en especial el departamento de Santa Cruz, el más extenso y poblado del país. Una nube densa de humo cubrió este martes amplias áreas de Bolivia. Por ello, las clases se dictaron este martes en forma virtual en las regiones de Santa Cruz, Beni y Pando.
El alcalde de Riberalta dijo que su municipio carece de agua para combatir las llamas a causa de la sequía que afecta a la zona. “Necesitamos ayuda. El gobierno municipal solo tiene dos cisternas y eso no nos abastece para llevar agua. No tenemos recursos hídricos. No hay equipos. Usamos ramas y hasta pateamos el fuego”, precisó.
Los incendios también golpean Brasil
Pero los incendios también afectan a Brasil. Casi 5 millones de km2 se vieron afectados por el humo en Brasil, es decir, 60% del territorio, según estimaciones de Karla Longo, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), a partir de datos por satélite.
Y “si tenemos en cuenta las zonas afectadas en los países vecinos y en el océano Atlántico, la superficie alcanzada el domingo es de 10 millones de km2″, precisó la investigadora en un correo enviado a la AFP.
Sao Paulo, la mayor ciudad de América Latina situada en el sureste de Brasil, figuró este lunes por momentos a la cabeza de la clasificación de las mayores metrópolis más contaminadas del mundo, según la empresa de vigilancia de calidad del aire IQAir, basada en Suiza. En tanto, la ciudad de Porto Velho, con casi medio millón de personas, amaneció este martes bajo una nube de humo.
Porto Velho, la ciudad amazónica que no ve el sol por tanto humo de los incendios EFE
La Amazonía brasileña registra en lo que va de año más de 80.000 focos de incendios, el doble que el año pasado, ya considerado nefasto. Según el Gobierno, prácticamente todos fueron causados por el hombre.
Estos incendios, en su mayor parte de origen criminal y a menudo ligados a la actividad agrícola, se propagan más fácilmente debido a una sequía histórica que los expertos relacionan con el cambio climático.
Greenpeace denunció este martes que en Bolivia se quemaron casi 4 millones de hectáreas y Paraguay lleva ya 70.000 hectáreas consumidas por el fuego. Según advirtió, la sequía acelera la propagación de los incendios, amenazando estos biomas tan importantes, como el Amazonas y Gran Chaco, considerados los pulmones del planeta.
Porto Velho, la ciudad amazónica que no ve el sol
La ciudad brasileña de Porto Velho, con casi medio millón de personas, vive inmersa en una nube de humo causada por la ola de incendios que azota la Amazonía en la peor sequía de los últimos 75 años.
“El tiempo es bueno, pero hay un poco de humo”, avisa el piloto durante la aproximación. Es día de suerte, porque en el último mes decenas de vuelos han sido cancelados por culpa de la falta de visibilidad. Aún así, salir del aeropuerto es como entrar en una sala de fumadores: la garganta se seca, los ojos escuecen y una neblina blanquecina impide ver a lo lejos.
Según IQAir, una empresa que mide la calidad del aire, Porto Velho es en este momento la ciudad más contaminada de Brasil, con niveles que superan por mucho los de megalópolis como Nueva Delhi o São Paulo.
La concentración de partículas, que se infiltran fácilmente en el pulmón y en la sangre y pueden provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, ha llegado este lunes a 194 microgramos por metro cúbico, 13 veces más que el nivel diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
La ciudad es la capital de Rondonia, un estado fronterizo con Bolivia que antes estaba enteramente cubierto por selva y que ahora tiene buena parte de su territorio ocupado por soja o ganado. “Azul, nuestro cielo siempre azul, que Dios lo mantenga sin rival”, proclaman las letras de un himno regional en necesidad de actualización.
Jorge Suárez, un empleado municipal de 50 años que arregla la calzada de las calles, dice que no recuerda la última vez que vio el famoso cielo azul del himno. Tal vez dos meses ¿O más? “Es la peor sequía que he visto”, asegura, antes de exponer sus teorías sobre el origen de los incendios: un trozo de vidrio o una lata de cerveza sobre los que ha rebotado un rayo de sol.
La Amazonía brasileña ha registrado en lo que va de año más de 80.000 focos de incendios, el doble que el año pasado, ya considerado nefasto. Según el Gobierno, prácticamente todos han sido causados por el hombre, no por un trozo de vidrio.
En la orilla de Porto Velho frente al río Madeira, uno de los principales afluentes del Amazonas, Gracemery Martins combate con la manguera de su jardín un pequeño incendio que está creciendo rápidamente delante de su casa.
“Irresponsables, qué desgracia, a quién se le ocurre”, barrunta, indignada y sudada, esta profesora de 67 años que ya impartió cursos de Ecología y Medio Ambiente a sus alumnos. Parece que el vecino se ha saltado la prohibición de hacer fuego impuesta por el Gobierno regional y ha querido quemar la basura en el patio trasero. Con la vegetación seca por la falta de lluvias, se ha salido de control.
Martins ha llamado a los bomberos, pero estos le han dicho que estaban demasiado rebasados como para ocuparse de un incendio menor.
Hace 30 años, se mudó a esta zona de la ciudad por las bonitas vistas sobre el río y por la puesta de sol. Pero el Madeira está en el nivel más bajo de su historia y apenas se ve por la neblina.
Al atardecer, el sol se vuelve tan rojo como el fuego. Ella, que está casada con un poeta, dice que el astro está pidiendo “socorro de la insensatez humana”.
“Si destruyes el medio ambiente te estás destruyendo a ti mismo. La mentalidad humana no aprende, pero solo nos queda seguir luchando…”, asegura, manguera en mano.
Fuente: eldiarioar.com