Ricardo González, académico de la Universidad de La Frontera y el desafío de conservar el bosque nativo
En “Conversando con la Acoforag”, Ricardo González, economista de Recursos Naturales y Medioambiente y académico del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad de La Frontera, abordó la compleja situación de los bosques nativos en Chile.
Destacó que gran parte de los bosques nativos está protegida por parques nacionales y reservas nacionales. Sin embargo, otra porción significativa está en manos de propietarios privados, principalmente campesinos que dividen sus tierras entre actividades agrícolas, ganaderas y forestales. "Para los propietarios que poseen exclusivamente bosque nativo, la situación es crítica, ya que rentabilizar o subsistir solo del bosque nativo es extremadamente difícil bajo las restricciones actuales," explicó.
Una economía basada en la leña y el carbón
La mayoría de estos propietarios dependen de la leña y el carbón como únicas fuentes de ingreso, especialmente en casos donde los bosques han sido degradados o consisten en matorrales que intentan recuperarse. En contraste, los propietarios de bosques nativos adultos y bien conservados tienen la posibilidad de manejar estas áreas para la producción de madera aserrable, aunque esto implica un proceso de manejo a largo plazo.
González también subrayó que las restricciones ambientales, enfocadas más en la preservación que en la conservación activa, dificultan el desarrollo de actividades económicas sostenibles vinculadas al bosque nativo. "El futuro no es optimista si no se abordan estas problemáticas," advirtió.
La falla de mercado en el bosque nativo
Una de las principales barreras para la conservación es la llamada "falla de mercado". El bosque nativo genera bienes como madera y leña, que tienen un valor en el mercado. Pero también produce servicios ecosistémicos clave como la captura de carbono, la regulación hídrica y el hábitat para especies silvestres, los cuales carecen de valor monetario directo. Esto crea un desequilibrio económico para los propietarios.
"El propietario no recibe compensación económica por estos servicios ecosistémicos," explicó González. "Esto significa que produce más beneficios de los que puede capitalizar, lo que desincentiva la inversión en conservación." Además, las actividades alternativas, como el ecoturismo, solo ofrecen ingresos marginales para la mayoría de los propietarios.
La necesidad de compensación económica
La solución, según el economista, pasa por implementar mecanismos de compensación económica para los propietarios que conserven sus bosques. "En el campo, los propietarios demandan ser indemnizados por los servicios que sus bosques prestan a la sociedad," comentó González. Desde el punto de vista económico, esto podría traducirse en políticas públicas que remuneren estos servicios o incentiven prácticas sostenibles.
Un llamado a la acción
El experto, también investigador asociado del Centro Nacional de Excelencia de La Madera de la Pontificia Universidad Católica, concluyó con un llamado a repensar las estrategias de conservación. "Es crucial equilibrar la preservación ambiental con las necesidades económicas de los propietarios. Sin incentivos adecuados, la degradación del bosque nativo continuará siendo una realidad," sentenció.
La entrevista completa en el canal de Youtube de la Acoforag: